Llega la primavera, aunque con este frío que estamos teniendo no lo parece, y los cambios de estación pueden afectar a nuestro organismo.
Nuestro sistema inmunológico nos protege de virus y bacterias y para su buen funcionamiento son necesarios ciertos minerales.
En un artículo ya hablamos del papel del Zinc en la inmunidad y hoy vamos a hablar del papel del Hierro.
El hierro forma parte de la sangre y es el encargado de transportar el oxígeno y el dióxido de carbono a través del cuerpo. Participa en la producción de hemoglobina que es el componente principal de los glóbulos rojos y también contribuye a la formación de proteínas musculares.
El hierro es además fundamental para el normal desarrollo del sistema inmunitario ya que es necesario para la proliferación y maduración de las células inmunitarias, sobre todo de los linfocitos, encargados de producir anticuerpos para luchar contra los agentes infecciosos.
Por tanto la deficiencia de hierro puede dar lugar a deficiencias en la inmunidad y al aumento del riesgo de
infecciones. Es uno de los indicadores principales de que el organismo trabaja de forma correcta o de que algo está fallando.
Es muy importante por tanto una dieta que aporte las cantidades necesarias de este mineral. El hierro se encuentra fundamentalmente en: hígado, carne roja, soja pescado, pollo, cereales, legumbres, verduras, avena, pan integral, ciruelas pasas, espinacas, espárragos.
Se debe evitar el consumo simultáneo de leche, café o té negro ya que pueden interferir con la absorción de hierro.
